Es muy importante que las personas mayores mantengan la capacidad para realizar actividad física, porque eso les permite sostener un modo de vida autónomo, facilita que puedan valerse por sí mismos y fortalece la independencia física. En síntesis, incrementa enormemente la calidad de vida.
Lejos de privar a las personas mayores de esfuerzos físicos, hay que crear las condiciones para que se movilicen, se mantengan activas y puedan mover objetos pesados de intensidad moderada (por ejemplo, cuando se sale de paseo cargando objetos o se carga la bolsa de la compra).
Las personas activas mantienen mejores niveles funcionales de sus articulaciones, músculos y tendones. Asimismo, conservan dentro de valores aceptables el metabolismo de la glucosa, lo cual permite posponer o evitar la aparición de diabetes.
Prevenir la pérdida de masa ósea y muscular mediante la realización de actividad física incrementa de manera notable la autonomía y la calidad de vida de las personas mayores, y posterga la aparición de enfermedades como la diabetes, el infarto, la osteoporosis, la hipertensión, la obesidad y la ateroesclerosis, entre muchas otras.
Y, sobre todo, es muy importante que las personas mayores realicen actividad física en un ambiente seguro, agradable, con música, objetos diversos y junto a otras personas. Todo ello enriquece la actividad, favorece el compromiso y les motiva extraordinariamente, al tiempo que ayuda a prevenir ciertas enfermedades.