Las contracturas y las sobrecargas musculares y, con menos frecuencia, las lesiones en la columna vertebral son las principales causas de los dolores de espalda. Las posturas inadecuadas suelen estar en el origen de estas molestias que afectan nuestra capacidad de movernos.
La estructura de la columna vertebral puede verse afectada por enfermedades como la escoliosis (desviación de la columna en forma de ese, causada por sobrecargas, vicios posturales o diferencias de longitud entre las piernas), la lordosis (desviación de la columna hacia adelante, como si los riñones estuvieran muy hundidos, común en jóvenes que crecen muy deprisa o en personas obesas), y la cifosis (desviación de la columna hacia atrás, como si se tuviera una joroba, muy propia de las personas mayores por el aplastamiento de las vértebras).
En el ranking de enfermedades molestas ocupa un lugar destacado la ciática, un dolor producido por el nervio ciático que suele manifestarse “latigazos” en cualquiera de las dos piernas, que es producida por la opresión de las raíces nerviosas como consecuencia de una hernia discal (rotura de los discos que separan y amortiguan las vértebras) o la curvatura anormal de la región lumbar.
La lista de actividades es inacabable, al punto que podemos decir que cada cosa que realizamos durante el día puede suponer un riesgo para nuestra espalda si se realiza con una postura inadecuada.
La principal recomendación es realizar cualquier actividad siguiendo las normas de “higiene postural”, término que utilizan los profesionales médicos para referirse a las posturas y movimientos que suponen una menor carga para la columna vertebral.
Algunas de las posturas “higiénicas” recomendadas son las siguientes:
Más allá del tratamiento particular que pueda indicarse luego de ese diagnóstico, suele decirse que el mejor remedio para el dolor de espalda es mantener el mayor grado posible de actividad física. El exceso de reposo y la falta de actividad aceleran la pérdida de potencia y resistencia muscular, lo que aumenta la vulnerabilidad de la espalda.
La columna está formada por 33 vértebras apiladas de forma vertical, que están articuladas para permitir los movimientos. Las vértebras se encuentran separadas por cartílagos que tienen una parte dura y otra flexible, llamados discos, que cumplen con la función de amortiguarlas para que no se rocen. Las vértebras tienen forma de anillo, con un hueco en el centro; por ese agujero central de la columna pasa la médula espinal, formada por los tejidos nerviosos que salen del cerebro y se conectan con las distintas partes del cuerpo.
En la parte superior de la columna se encuentra la región cervical, que es donde nacen los brazos, formada por siete vértebras; más abajo, se encuentra la región dorsal, que es lo habitualmente identificamos como la espalda, con 12 vértebras; y, más abajo, la región lumbar, donde nacen las piernas, constituida por cinco vértebras. La columna se completa en la parte inferior con el sacro (cinco vértebras fusionadas) y el coxis (otras cuatro vértebras unidas).
Vistas de frente, las vértebras están perfectamente alineadas de forma vertical; en cambio, si se las observa de perfil, la columna presenta curvas, que tienen una forma cóncava hacia atrás en la parte superior (cervical) e inferior (lumbar) y cóncava hacia delante en el centro (dorsal).