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Usuarios responsables, medicamentos eficaces
Como norma general, los medicamentos deben consumirse bajo prescripción médica. Pero también existen muchos medicamentos a los que se puede acceder en las farmacias sin necesidad de una receta, conocidos como especialidades farmacéuticas publicitarias, que sirven para aliviar molestias leves o moderadas como dolores de cabeza, problemas estomacales o resfriados.
Los profesionales de la salud insisten en la importancia de hacer un uso responsable de los medicamentos. Automedicarse puede ser muy beneficioso para nuestra calidad de vida, ya sea para aliviar una dolencia como para actuar ante los primeros síntomas de una enfermedad. Pero la automedicación sólo es recomendable cuando se trata de productos que no requieren receta médica, y siempre contando con los consejos e instrucciones del profesional farmacéutico.
Tener organizado nuestro botiquín en casa es una de las cuestiones más importantes. Para que ese botiquín tenga todo lo que podamos necesitar, hay que considerar las características de los integrantes de la familia (edades, dolencias o enfermedades que puedan sufrir); no es lo mismo un botiquín de una pareja joven con dos niños que el de una pareja de mayores. También hay que tener en cuenta la época del año en que nos encontramos, ya que hay dolencias y enfermedades que son propias de aspectos climáticos o ambientales, como la gripe en el invierno.
Para que los medicamentos puedan ser utilizados sin ningún riesgo, lo primero es garantizar su conservación en las condiciones adecuadas. Se recomienda poner el botiquín fuera del alcance de la luz directa, el calor y la humedad, en un lugar al que no puedan acceder los niños. La temperatura de conservación ideal para la mayoría de los medicamentos es de entre 15 y 22 grados centígrados.
A la hora de utilizar los medicamentos, la fundamental es informarse bien y consultar al médico o el farmacéutico siempre que sea necesario. Otra de las fuentes de información básicas es el prospecto que acompaña al medicamento, ya que allí se indican las instrucciones de uso y la fecha de caducidad.
Uno de las frases que define el uso responsable de un medicamento es "todo en su tiempo y en la medida justa". Para garantizar la eficacia del tratamiento es imprescindible tomar la dosis indicada (ni más, ni menos) y en los horarios establecidos. Tomar una dosis superior no aumenta la eficacia del tratamiento, pero sí puede incrementar los riesgos de sufrir efectos secundarios no deseados.
Una segunda idea a destacar es que no hay medicamentos que todo lo curen o, dicho de otro modo, cualquier medicamento no soluciona cualquier problema. Por ello, sólo debemos tomar un medicamento cuando estemos totalmente seguros de que es el más indicado para aliviar o curar la dolencia o enfermedad que padecemos, o cuando sea recomendado por un profesional de la salud.
Finalmente, se recomienda no tomar más de un fármaco a la vez, a menos que sea bajo indicación médica. La mezcla de fármacos puede traer más problemas que soluciones, ya sea porque se neutralicen entre ambos o porque esté contraindicada su asociación. Y mucha atención con el alcohol: más allá de lo que digan algunos, los fármacos y el alcohol son siempre incompatibles.
Una recomendación final: si los síntomas persisten tras siete días de tratamiento y las molestias continúan, acuda al médico. Y recuerde que un estilo de vida sano es la mejor manera de prevenir enfermedades y disfrutar de una buena calidad de vida. Al fin y al cabo, los medicamentos sólo sirven para paliar un problema una vez que se ha generado.
Fuentes: (1) Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos: http://www.portalfarma.com (2) Agencia Española de Medicamentos y Productos Farmacéuticos: http://www.aemps.gob.es
Redacción: Mag. Hernán Díaz. Periodista Sanitario. Director de Comunicación de FUNDADEPS. Docente del Experto en Comunicación Social y Salud (Universidad Complutense de Madrid).