- Ser padres y madres 2.0. Aunque a veces tengamos la sensación de que nunca podremos saber tanto como ellos, es muy importante que estemos actualizados y bien informados sobre las nuevas tecnologías disponibles. Esto es fundamental para poder dialogar con ellos sobre estos temas y establecer ciertas "normas de uso".
- Conocer los intereses de nuestros hijos e hijas. Muchas veces solemos establecer limitaciones de uso basadas exclusivamente en el tiempo ("dos horas al día, no más") o en ciertos usos ("Solo para las tareas del cole"). Pero internet es también una puerta de entrada a su música favorita, a historias y personajes de ficción, y a muchos otros aspectos que forman parte de su relación con el mundo. Una buena estrategia es dialogar con ellos, preguntarles sobre sus intereses y acordar de forma clara las pautas de uso para evitar (o al menos reducir) los conflictos.
- Mejor en los espacios compartidos. El uso abusivo de las nuevas tecnologías (consolas de juegos, ordenadores) puede meter a los niños y niñas en un mundo virtual y, con el tiempo, aislarlos. Para evitarlo, una recomendación es que hagan uso de estas TIC en los espacios compartidos por la familia, porque de esa forma se podrá supervisar mejor para qué las usan y al mismo tiempo se podrá interactuar.
- Ayudarles a planificar su tiempo libre. El día es lo suficientemente largo como para poder hacer muchas cosas. Una tarea muy importante que tenemos los padres y madres es ayudarles a organizar las horas que pasan fuera del colegio, consiguiendo que establezcan prioridades y tiempos para las actividades extraescolares, la tarea de la escuela, el ocio y el uso de las TIC. Lo fundamental es que ninguna de esas cuestiones le robe todo el tiempo a las demás.
- Lo principal es nuestra compañía. Existen filtros parentales que nos ayudan a regular el uso que nuestros hijos e hijas hacen de las nuevas tecnologías, por ejemplo limitando su acceso a determinadas páginas webs o a canales de televisión. Pero esas herramientas son un complemento a nuestra tarea educativa, no la sustituyen.
- Nuestra conducta es el mensaje más potente. Somos referentes para nuestros hijos e hijas, y si queremos que comprendan la importancia de regular el uso de las TIC lo primero que debemos hacer es aplicarnos el cuento a nosotros mismos. Por ejemplo, si les decimos que desconecten el teléfono móvil porque les estamos hablando y no nos hacen caso, no podemos estar respondiendo mensajes SMS mientras estamos cenando en familia. La coherencia entre nuestros dichos y nuestros actos es fundamental.
En resumen, la promoción de un uso adecuado y equilibrado de las TIC requiere de una apropiada educación en valores que vaya acompañada de un ambiente de confianza y buena comunicación con nuestros hijos e hijas.
Fuente: Guía Educatic. Propuesta para el uso adecuado de las tecnologías digitales. Instituto de Adicciones de Madrid Salud en colaboración con la Fundación Atenea Grupo Gid, la Universidad Rey Juan Carlos y Servicios Profesionales Sociales. Disponible en
http://www.madridsalud.es
Redacción: Mag. Hernán Díaz. Periodista Sanitario. Director de Comunicación de FUNDADEPS. Docente del Experto en Comunicación Social y Salud (Universidad Complutense de Madrid)