Los buenos hábitos nos facilitan el día a día, ayudándonos a actuar sin tener que pensar cada vez. Suele pensarse que adquirir buenos hábitos alimentarios es algo muy complejo, pero la realidad es que se trata de acciones sencillas que incorporamos en nuestro día a día y que gracias a la repetición nos servirán para toda la vida. Si incorporamos buenos hábitos a la hora de comer, beber y movernos, llegará un momento en que ya no tendremos que pensar qué es lo que se tiene que hacer, sino que saldrá solo, igual que ocurre con la acción de lavarnos los dientes antes de acostarnos.
Para adquirir esos buenos hábitos en la alimentación y conseguir el peso saludable, hay una serie de pautas saludables para incorporar en la vida diaria. Estas pautas ayudan a mantener un aporte óptimo de nutrientes, vitaminas y minerales que el organismo necesita, a la vez que se consigue perder peso.
- Cinco comidas al día. Desayuno, media mañana, almuerzo, merienda y cena. Este plan evitará picar entre horas.
- Desayuno equilibrado. Muchos niños desayunan mal o no lo hacen. Hay que hacerles ver que desayunar genera energía al cuerpo y contribuye a un mayor rendimiento y concentración. Es aconsejable que se lleven al colegio un tentempié saludable, como alguna pieza de fruta o un bocadillo, para tomarlo a media mañana, en la hora del recreo. Nunca bollería industrial.
- Meriendas. Se recomienda tomar frutas frescas, bocadillos, cereales ricos en fibra, etc.
- Frutas y verduras. Consumir diariamente al menos tres piezas de verduras distintas y dos de frutas. Son ricas en vitaminas y minerales, bajas en grasas y altas en fibra que nos ayudan a sentirnos más saciados durante más tiempo. Para desarrollar el gusto por la verdura, se pueden mezclar con ensaladas de pasta, arroz, etc.
- Lácteos. La leche y los productos lácteos (queso, yogurt, etc.) son grandes fuentes de proteínas y vitaminas que ayudan a mantener los huesos y los dientes sanos y fuertes. Hay que intentar consumir de 2 a 3 raciones diarias y elegir la variedad baja en grasas.
- Agua. El agua interviene en todos los procesos químicos, por lo que es esencial para la vida. La recomendación general es tomar de 1,5 a 2 litros diarios, lo que equivale a unos 8 vasos al día aproximadamente.
- Aceite. Se recomienda un mínimo diario de 2 raciones de aceite de oliva o de girasol. El aceite de oliva contiene grasas monoinsaturadas y vitamina E, con abundantes propiedades antioxidantes.
- Actividad física diaria. Realizar como mínimo media hora diaria de ejercicio en el colegio, en un equipo deportivo o en casa.
- Dormir un mínimo de 8 horas diarias. Es indispensable para la concentración, el descanso y el correcto funcionamiento de nuestro organismo.
- Llevar una alimentación variada y equilibrada. Incluir en la dieta diaria todos los macronutrientes principales: hidratos de carbono, proteínas y grasas.
La obesidad infantil es una enfermedad que hay que atajarla cuanto antes, entre otras razones porque existen muchas probabilidades de que un niño con sobrepeso, se convierta en un adulto obeso. Los niños también tienen que aprender a comer bien. En cualquier caso, nuestros hijos aprenden más por lo que ven que por lo que oyen. Si ven que sus padres comen equilibradamente, ellos también lo harán.
Comer en familia, hacer ejercicio y una educación donde primen los halagos de las buenas conductas, ayudará a los hijos a adquirir unos buenos hábitos de vida saludable.
Redacción: Entulínea.
Fuentes: Encuesta Nacional de Salud 2011-12. Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad del Gobierno de España.
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